Presentamos del vídeo que te cuenta a través de los protagonistas de la cadena de valor (propietarios forestales, resineros, industria de transformación e investigadores) lo que la resina hace por nosotros, los montes, los pueblos y la bioeconomía cuando nos juntamos y aplicamos la última innovación social y tecnológica en el sector.
¡La resina está en tu vida!
Aunque la resinación de los pinares estuvo borde de la desaparición a finales del siglo pasado en España, en la actualidad, en muchos municipios la resinación está resurgiendo poco a poco para convertirse en una alternativa laboral. ¿Podría esta antigua práctica salvar a los pueblos rurales y al mismo tiempo ayudar al planeta?
Las técnicas de resinación utilizadas hoy para la producción de resina de pino a escala global son un campo abierto para la innovación. Las técnicas tanto abiertas como cerradas utilizadas en la actualidad se basan en conceptos desarrollados alrededor de cien años atrás y siguen siendo de labor intensiva. Ya hace tiempo que se ha conseguido aplicar la robotización en distintas actividades agrícolas e industriales, cosa que todavía no se ve en nuestro ambiente.
Esto por supuesto, sin dejar de mencionar algunos de los desarrollos que todavía no han sido desplegados en escala comercial, como, por ejemplo:
Fundación CESEFOR, España, 2010.
UF/IFAS Research, FL, USA, 2015.
IPB University, Indonesia, 2023.
Georgia Southern University, GA, USA, 2021.
Bien sabemos que el componente principal de la resina de pino (en el orden del 70%) es la resina colofonia, producto que compite junto con la colofonia de tall oil, contra las resinas de hidrocarburo derivadas del petróleo. Podemos referir a estas últimas como la amenaza para nuestro espacio representando hoy alrededor de un 62% del mercado total de resinas tackificantes, lo que brinda la oportunidad tanto para las resinas de colofonia y tall oil de desenvolverse mediante la innovación y recuperación mercado. Recordando que hace diez años atrás la proporción entre resina colofonia más resinas de tall oil contra resinas de hidrocarburo estaba invertida.
Hemos mencionado el contrapunto entre productos derivados del carbón verde versus los derivados del carbón negro. Estos últimos claramente los provenientes de la industria petroquímica que utiliza como materia prima el petróleo, y del cual las resinas de hidrocarburo son el ejemplo.
La resina de pino es un producto derivado del carbón verde, o sea el carbón secuestrado de la atmósfera por la planta, que utilizando el agua y micronutrientes que provee el suelo, con la ayuda de la luz solar y por el proceso de fotosíntesis produce azucares y libera oxígeno. Estos azucares son convertidos en metabolitos primarios y secundarios por un proceso de biosíntesis. Los metabolitos primarios van a ayudar a la planta a vivir y reproducir, y los secundarios a defenderse. La resina de pino es uno de estos metabolitos secundarios.
Esta característica de la resina de pino de ser un derivado del carbón verde, y por lo tanto todos los productos y subproductos derivados de ella, constituyen una fortaleza en un mundo que visa su desarrollo en dirección a la substitución de los derivados del petróleo y a sustentabilidad.
Recordemos que, a pesar de esta fortaleza de la resina de pino como un producto sustentable, la mayor debilidad que existe hoy en su proceso productivo sigue siendo el alto requerimiento de mano de obra con conocimiento técnico y con el esfuerzo físico que esto conlleva.
La mecanización de la operación de resinación de pinos es el camino que la innovación debe seguir, ya sea mecanizando las operaciones actuales, como el desenvolvimiento de nuevas formas de resinas no descubiertas hasta ahora.
Otro aspecto importante de en el camino de la promoción e innovación dentro de la actividad de la resinación de pino y alejándonos ahora un poco de la técnica específica utilizada para resinar los pinos, es el camino de desenvolver mejores pinares para resinar. Sin duda un camino demorado en la escala de tiempos, pero que cada vez va a ser mas importante en el desenvolvimiento de esta actividad.
En este sentido, el parámetro a monitorear es el rendimiento anual de resina en toneladas por hectárea, que combina tanto la capacidad de la planta de pino de producir resina como la capacidad de la técnica utilizada para recolectar ella y ofrecer en el mercado, que es la base de cualquier esfuerzo que se realice en términos de promoción e innovación dentro de nuestra industria verde y sustentable.
Resineros, industriales de primera transformación, propietarios forestales y centros de investigación, a través del grupo operativo Resinlab, han colaborado para diagnosticar y poner a punto un sector que aporta un producto natural y renovable como la resina; servicios ambientales fundamentales como fijación de CO2, prevención de incendios forestales, conservación de biodiversidad o paisaje; y empleo rural que ayuda a combatir la despoblación.
No es sencillo, el mercado internacional marca el paso de una actividad tradicional que quiere ser del siglo XXI. Hace veinte años casi consiguió que desapareciera, ahora sus principales actores trabajan conjuntamente para que la sociedad entienda que es un sector estratégico y de futuro como alternativa natural a derivados del petróleo.
En los años cincuenta del siglo XX, la resina asfaltó y alumbró calles en los pueblos bendecidos con el oro líquido de los pinos, repartió jornales como un Rey Mago y provocó el desarrollo de una industria de primera transformación cercana a la materia prima. Después, el despoblamiento rural, persiguiendo los sueños que prometían las grandes ciudades, y los derivados del petróleo, que ofrecían un producto más barato, aunque de peor calidad, le dieron al sector una primera puñalada. Un lento pero continuo declive llevó la actividad hasta el año 2004, cuando la figura del resinero desapareció de los pinares españoles y la industria de primera transformación tuvo que ponerse en modo hibernación. China, el gran productor mundial, exportaba tal cantidad de resina y derivados que marcaba precios y caía sobre la producción española como un mazo de acero sobre una construcción de Lego, las piezas saltaron por los aires. Imposible competir contra una mano de obra tan barata y con métodos de extracción tan productivos como insostenibles ambientalmente.
Pero las circunstancias internacionales han cambiado en los últimos años: la industria de China demandó toda su producción de resina, sus trabajadores exigieron unas condiciones vitales que hasta entonces se les negaba y una parte de sus pinos no dio más de sí. China dejó de exportar y las oportunidades aparecieron de nuevo en los pinares españoles. En los últimos 10 años la producción nacional de resina ha estado alrededor de las 12.000 toneladas anuales. Hay casi 700 resineros en el monte y siete empresas de primera transformación que, en 2020, produjeron 8.841 toneladas de colofonia y 2.527 toneladas de trementina, según recoge la primera balanza comercial de la resina en España, elaborada en el marco del grupo operativo Resinlab.
Esta balanza arroja una claridad de datos que hasta ahora no se tenían. Por ejemplo, en 2020, España produjo 11.505 toneladas de miera; exportó 1.613 e importó 2.744 toneladas. En cuanto a la colofonia, el primer producto derivado de destilar la miera, en España se produjeron 8.841 t, se importan 10.870 t y se exportan 9.355 t. En el caso de la trementina, en España se produjeron 2.527 t en 2020, se importaron 1.748 t y se exportaron 2.531 t. Es decir, la industria española importa resina, colofonia y trementina para cubrir las necesidades de su mercado nacional y centroeuropeo.
“España es deficitaria en miera, necesitamos al menos 10.000 toneladas más para satisfacer la demanda de las industrias de destilación. Si se añaden las necesidades de Portugal la cifra se triplicaría. Tenemos una gran escasez de oferta de materia prima”, asegura Patricia Gómez, gerente de COSE.
Mariana Ferreira de la empresa Luresa es muy gráfica al definir la situación española: “demasiada industria para tan poca miera”.
La resina está en el monte
Sin embargo, en España hay superficie de Pinus pinaster más que suficiente para producir esas 10.000 t que comenta Patricia. Un estudio de la empresa GEA Forestal para la Junta de Castilla-La Mancha concluye que en los próximos años esta región podría triplicar su producción de resina si fuese capaz de poner en producción 58.000 hectáreas de pino pinaster. Castilla-La Mancha tiene 350.000 hectáreas de pinaster pero el estudio pone unas exigentes condiciones para seleccionar las susceptibles de aprovechamiento. Así, elimina la superficie con más del 20 % de pendiente, las que están fuera de estación, las que tienen mayor riesgo de sufrir los efectos del cambio climático, las dispersas y las que tienen pocas posibilidades de mecanización.
Basándose en la metodología, variables y condiciones de análisis de este estudio, Blanca Valverde, de COSE, ha elaborado un mapa potencialidad óptima para toda España. “Es fundamental resaltar que se trata de potencialidad óptima, es decir, nos hemos autoimpuesto una serie de condiciones pensando en facilitar el trabajo al resinero y la rentabilidad de su actividad. Hay muchas hectáreas de pinaster que podrían resinarse pero buscamos solo las óptimas para el resinero”.
Mediante capas de información elaboradas con GIS se han descartado los polígonos con una cobertura inferior al 40 % de pinaster; se han establecido la calidad de estación en función de variables climáticas óptimas como temperatura media anual, temperatura media en la época más cálida y la más fría, las precipitaciones medias en la época más seca y la más húmeda y altitud; y se ha mantenido la pendiente óptima para la extracción de resina, que la han fijado en menos del 20 %. “Esta condición eliminaría actualmente pinares en resinación en Extremadura y Cuenca, por ejemplo, aunque ahora son aprovechados porque son rentables”, comenta Blanca.
Estas tres variables se han unificado en una sola capa vectorial y se le ha añadido una cuarta condición: un estudio de cohesión territorial, “es decir, la conectividad de las masas pensando en el resinero para reducir su desplazamiento. Hemos eliminado las parcelas menores de dos hectáreas y las que tienen una superficie entre dos y diez ha hemos admitido sólo las que estuvieran a menos de 15 km de distancia de una masa de, al menos, 50 hectáreas”, comenta Blanca.
Con todas estas condiciones en España dispondríamos de más de 650.000 ha de óptima explotación para aprovechamiento de resina, utilizando los datos del Mapa Forestal Español de 2007. “Es un modelo teórico que necesitaría de un análisis más detallado para ajustar con precisión pero que demuestra, a pesar de las exigencias que hemos empleado, que hay potencialidad para aumentar considerablemente la cantidad de miera recolectada anualmente”, afirma Blanca.
“Hay materia prima pero, de momento, se queda en los pinos”, añade Patricia.
Faltan resineros
Investigadores, propietarios, resineros e industria coinciden, en términos generales, que no es previsible que la producción de miera pueda aumentar en España por varias razones, la primera de ellas es que faltan resineros. “Es una actividad poco atractiva para las generaciones más jóvenes por la oscilación de los precios a los que se paga el kilo de resina, debido a la influencia del mercado internacional. Además, se trata de un trabajo exigente físicamente, con muchas horas de monte, que tiene la competencia de otros sectores económicos más atractivos”, asegura Patricia Gómez.
A estas hay que añadir la falta de superficie ordenada, o con planes técnicos de aprovechamientos con el objetivo principal de producir resina. Mariano Jesús Herrero, alcalde de Coca (Segovia), municipio resinero por excelencia, reclamaba más pinos para resinar a la administración autonómica encargada de la gestión de los montes públicos, en una jornada organizada por el GO Resinlab en su municipio. “En 2022 tuvimos numerosas peticiones, que no pudimos atender, de personas que nos solicitaban alquilar pinos del monte público para resinar”.
Sin embargo, en otras zonas, como la provincia de Cuenca, la empresa Valcan intenta promover, junto con la asociación de resineros de Cuenca, el interés por trabajar como resineros. “Son el eslabón más débil de la cadena y al que hay que proteger. Sin ellos, si queremos mantener nuestros negocios familiares, nos veremos obligados a importar la materia prima”, asegura Saúl Gómez gerente de Valcan.
Pero, la cuestión no es tan sencilla como decidir que se va a extraer resina de un determinado monte, poner un tiesto, o un grifo enganchado a una bolsa, y dejar que se llene. Hay que preparar la masa forestal; realizar trabajos selvícolas que permitan trabajar al resinero y que mejoren la cantidad de miera que da el árbol y contar con profesionales expertos, o bien formados, entre otras muchas acciones.
No es por casualidad que los montes de Segovia sean los mayores productores de resina de España. Allí se produce casi el 50 % de la resina nacional y allí se ordenó el primer monte, en 1901, con un objetivo resinero.
“Hay gente que piensa que debajo de la superficie de Segovia está la mayor bomba de resina de España y que a medida que te vas alejando del epicentro la producción disminuye. La realidad es que en Segovia llevan muchos más años que nadie ordenando y preparando los montes para que produzcan, cuentan con una gran tradición y experiencia resinera, son pinares llanos muy fáciles de trabajar y han sabido cuidar los mejores ejemplares productores”, asegura Basilio Rodríguez de GEA Forestal.
“Necesitamos que la administración pública aumente las licitaciones y agilice los permisos, se incorporen más montes privados, mejoren las duras técnicas de extracción y el sistema de recogida y logística de la miera, además de garantizar la rentabilidad y condiciones laborales de los resineros para que sea un sector atractivo que tenga nuevas incorporaciones”, resume Patricia Gómez.
Profesionalidad y asociacionismo resinero
Precisamente, la transferencia de conocimiento es una de las necesidades de cualquier sector profesional y más cuando a lo largo de los últimos años ha sufrido una crisis tan grande que ha estado a punto de hacerlo desaparecer. En un trabajo de tiempo, largas conversaciones y mucho kilometraje, Alejandro García, de la Cooperativa Pinaster y responsable de identificar las necesidades de los resineros dentro del GO Resinlab, ha recorrido las tres comunidades autónomas en las que ha desarrollado sus trabajos el grupo: Castilla y León, Extremadura y Castilla-La Mancha. “Esto nos permitió saber realmente cuáles son los condicionantes del eslabón más sencillo de la cadena, pero imprescindible para la actividad en el monte: el resinero. Qué necesita alguien que comienza su actividad profesional como resinero, o para continuar con ella, desde el punto de vista laboral, de conocimiento, de acceso a una suerte de pinos o de posibles ayudas de la administración pública”, asegura Alejandro.
La primera de las necesidades que señalaron los resineros fue la de disponer de asociaciones provinciales que pongan el foco en las peculiaridades de cada territorio, que tengan capacidad para potenciar la actividad resinera a nivel local y faciliten un primer contacto con el sector a las personas que quieran ser resineros. “No es lo mismo resinar en Segovia que en León o en Cuenca, hay circunstancias naturales como la clase de pinares, orografía o condiciones meteorológicas que condicionan el calendario y la actividad resinera, pero también por la tradición resinera, las formas de trabajar y los métodos de resinación más ajustados a cada lugar”, señala Alejandro García.
En León, Soria y Cuenca ya tienen nuevas asociaciones que han organizado jornadas para conocer el método del taladro circular, la resinación con rayón, o la formación en el uso de la remasadora eléctrica para recoger la resina de los cuencos.
“Disponer de una asociación permite crear sinergias para el beneficio común. La falta de una estructura social provoca el estancamiento de la actividad, dificulta que se desarrollen proyectos personales y empresariales mayores”, asegura Alejandro. En León, por ejemplo, ha permitido organizar el transporte de la miera de todos los resineros hasta la fábrica y ahorrar costes de esta forma.
En Cuenca, Valcan y la asociación de resineros, han colaborado con Cruz Roja y Cáritas para acercar la actividad resinera a personas en riesgo de exclusión social en busca de una oportunidad laboral. La asociación, por su parte, ha conseguido que se imparta, por primera vez en España, el Ciclo Formativo de Grado Superior de Gestión Forestal y del Medio Natural dedicado a la resina, en el Instituto de Enseñanza secundaria Pedro Mercedes de Cuenca. El presidente de la asociación, Honorio Gallego, señala que “el objetivo es profesionalizar aún más el sector porque es necesario disponer de nuevos profesionales con la mejor formación posible”. La formación teórica se completa con prácticas en el monte para manejar las mejores técnicas de resinación.
“Resinlab ha convertido al resinero en protagonista de los proyectos de innovación del sector”, apunta Alma Prados de Jogosa.
Innovación para mejorar el trabajo del resinero
Durante dos años, Resinlab ha desarrollado trabajos de investigación e innovación en siete parcelas de campo para comprobar, entre otras cuestiones, un nuevo método de resinación mediante taladro circular mecanizado y la recogida de miera en una bolsa de plástico cerrada. Los resultados y las opiniones de los resineros son desiguales en función de diversas variables, con parcelas donde se ha mantenido la producción de miera y otras donde se ha visto reducida hasta en un 25 %. Daniel Moya, investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha considera necesario evaluar al menos una campaña más para extraer datos concluyentes, junto con una mayor experiencia de los resineros en su uso y una elección de los pinos a resinar “más adecuada en algunos casos”.
“El trabajo más duro es el de desroñe de la corteza del pino. Una herramienta que nos facilitase esta tarea reduciendo el esfuerzo físico y el tiempo empleado sería una gran innovación”, apunta Borja Rogero, consejero delegado de la cooperativa El Rincón de la Vega. Para Ignacio Mesa, resinero y propietario forestal en la provincia de Segovia, “en los últimos años se han incorporado innovaciones a la actividad de resinar que facilitan nuestro trabajo, como esta, que podrá ser más útil en determinados pinares, pero lo más importante que deberíamos conseguir es que el Gobierno de España considerase estratégico al sector de la resina. Ese sería el apoyo que permitiría mantener su actividad sin depender tanto de los precios de un mercado tan globalizado y oscilante”. Coincide Saúl Gómez con él, los valores sociales, ambientales y ecológicos del aprovechamiento de la resina deberían ser conocidos por la sociedad para que demande una actividad y un producto nacional, pero garantizar precios, en un mercado globalizado, es imposible porque el mercado impone sus reglas”.
La producción española de 12.000 toneladas anuales es algo más del 1 % de la producción mundial, donde China, con 420.000 toneladas y Brasil, con 210.000 toneladas son los dos grandes productores.
Fortalezas y debilidades
Frente a ese mercado globalizado en el que el pequeño tiene pocas oportunidades de influir, los actores del mercado nacional intentan poner en orden su casa. Héctor García, técnico de la Asociación Forestal de Segovia resume los puntos débiles del sector nacional hasta ahora: “ausencia de plataforma de referencia, dispersión de la información, falta de comunicación entre los eslabones de la cadena de valor, disgregación geográfica y descoordinación dentro de la administración pública”.
Para acabar con la falta de referencias, GO Resinlab ha creado el Observatorio de Datos de la Resina, una herramienta digital, de libre acceso, que ofrece toda la información relacionada con la actividad de la resinación. Se estructura en cuatro partes: bases de datos con un visor a nivel nacional donde se localizan toda la información recogida y analizada por Resinlab; repositorio de documentos para consultar todos los documentos técnicos y científicos sobre el aprovechamiento de la resina, la gestión de los pinares y la transformación en sus derivados; una herramienta de toma de decisiones que permiten al resinero y propietario forestal calcular la rentabilidad de su trabajo en función de distintas variables; y el grupo motor de la red de expertos que facilitarán las novedades técnicas y científicas para actualizar la web y mantendrá el contacto entre todos los actores de la cadena de valor de la resina.
“Es la primera vez que se dispone de una herramienta de información, consulta y análisis como esta, capaz de resolver las dudas de las nuevas incorporaciones al sector resinero y de dar al sector la transparencia necesaria para tomar las mejores decisiones sobre la actividad, el aprovechamiento y la venta del producto. Mostrará la importancia económica, social y cultural que la resinación tiene en numerosos municipios y el potencial que tiene como generador de empleo y rentas rurales”, asegura Aída Rodríguez, de la Fundación Cesefor y coordinadora del GO Resinlab.
La Junta de Castilla y León ya ha anunciado en la última Mesa de la Resina la elaboración de una Estrategia de la Resina, que estará aprobada en 2023, con la intención de que esta actividad sea realmente sostenible ambiental, social y económicamente. José Ángel Arranz, director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, reconoce la importancia de cada uno de los actores del ecosistema de la resina y la necesidad de ajustar detalles de la actividad de cada uno de ellos.
“En la extracción de la resina necesitamos técnicas del siglo XXI, no podemos continuar con las del XIX. Necesitamos también ser sector, trabajando todos en la misma línea y buscar el beneficio de cada parte. La Administración pública, por ejemplo, facilitando montes ordenados para resinar, o promoviendo una transformación social del sector, mediante el cooperativismo o el asociacionismo, que permita mantener la actividad forestal durante todo el año”.
Frente a las debilidades, Héctor expone las fortalezas de un producto natural como la resina, “renovable, que ofrece propiedades únicas para ciertas aplicaciones directas y derivados. Es un producto de calidad cuya obtención está asociada a la gestión forestal sostenible y las externalidades que ofrece como prevención de incendios, fijación de CO2, conservación de biodiversidad y multifuncionalidad de los bosques”.
Guillermo Fernández Centeno, adjunto a la subdirección general de Política Forestal del Ministerio de Transición Ecológica, en un encuentro con los actores principales de Resinlab, considera que “la resina tiene un potencial tremendo” y adelantó que “la Unión Europea es consciente de la importancia de los productos forestales no madereros. La presidencia española de la UE durante 2023 va a incidir en ese potencial. Pero necesitamos tener clara la cadena de trazabilidad para diseñar políticas que potencien al sector. La industria de primera transformación debe ayudar a conocer la segunda transformación para transmitir a la sociedad cómo está presente en su vida diaria un producto natural que viene del bosque”.
Resineros, empresas de primera transformación, propietarios forestales e investigadores consideran necesario mantener el clima de colaboración demostrado en el GO Resinlab, continuar con la investigación en innovación tecnológica y potenciar la elaboración de planes estratégicos que minimicen las debilidades del sector y desarrollen el potencial de todas sus fortalezas.
“Todos estamos en el mismo barco, resineros e industriales”, resume convencida Mariana Ferreira de Luresa. Pero ahora salimos a la mar.
Una campaña especial preludio de la incertidumbre para 2023
En la campaña de 2022 el kilo de miera tuvo un valor más alto nunca, entre 1,4 y 1,6 euros. Sin embargo, la producción en algunas comarcas tradicionalmente resinera fue menor de la habitual. “La larga sequía durante meses hizo que la producción del pino descendiese hasta un 30 % durante el verano. Gracias a los precios que se pagaron pudimos salvar la campaña, nos compensó las pérdidas de producción. Fue una lástima no haber aprovechado un año con buenos precios”, comenta Borja Rogero.
La gran duda es si en esta temporada se podrán mantener esos precios. Se fijan al principio de la temporada de extracción, cuando los industriales tienen alguna intuición, puede que certeza, de cuánta demanda de colofonia o trementina tendrán y a cómo podrán venderla a sus clientes (industrias farmacéuticas, químicas, perfumes y alimentaria entre otras muchas) en un mercado globalizado donde, a la competencia de otros países productores, hay que añadir la de los derivados del petróleo y el tall-oil, subproducto en la fabricación de pasta de papel a partir de coníferas. Pero antes de la extracción los resineros han empleado dos meses en “desroñar” los pinos, quitarles la corteza para hacerles después “la pica”, bien sea manual tradicional o circular mecanizada. “Trabajamos dos meses a riesgo y ventura, sin saber si nos será rentable o no resinar”, asegura Borja Rogero. “No es por capricho, qué más quisiéramos nosotros que saber cuánta demanda tendremos y a qué precio podremos venderla. En ocasiones, incluso adelantamos dinero y material a los resineros para que puedan empezar a trabajar. Después, cuando acordamos un precio por kilo de miera, lo mantenemos toda la campaña a pesar de que el mercado internacional fluctúa y los precios de venta de los derivados sufran un notable descenso. A ventura también trabajamos nosotros”, asegura Mariana Ferreira.
En abril comenzarán los resineros a recoger la miera, a falta de quince días están a la espera de saber si su actividad merecerá la pena económicamente. Una incertidumbre que impide el crecimiento de una actividad necesaria en el monte. Los resineros, que mantienen su actuación en el monte con vocación y esfuerzo, buscan rentabilizar su trabajo con innovaciones que permitan una mayor eficiencia en su trabajo y confían en que la sociedad conozca, valore y demande un producto nacional, natural y renovable, de calidad, que puede sustituir a los derivados de hidrocarburos y ayudar a gestionar de forma sostenible los bosques.
Iván Fraile, resinero en el pinar a mayor altitud de la península, en Huerta del Marquesado, repite una frase que es una metáfora del valor estratégico del sector: “gota a gota sacamos toneladas”.
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